MARCHA MORATALLA

Pues eso, que ayer me comí la marcha cicloturista de Moratalla, unos 163 km de subidas y bajadas sin un metro llano... Un montón de gente conocida y con una sensación rara pues nunca había participado en una competición(marcha) dónde se empezara con la bici . Bueno, nada más empezar un puerto de unos 12 km, lo que vino después pues la verdad que no sabría como definirlo, pues era un continuo subir y bajar, por caminos que ahora mismo no sabría volver, como me comentaba José Pascual, aquí viene el último superviviente y se muere, incluso los servicios de emergencia logran rescatar antes a un hombre de la Antártida que de estos lugares,jaja,unos paisajes preciosos, anda que a cualquiera que el diga que eso es Murcia me tomaría por loco, jajaj. Un par de puertos duros(sin contar los 300 micropuertos)hasta que llegamos al último que es el alto de Benizar, Bendito sea el creador, pues además de que subimos a muerte, con el cuchillo entre los dientes, intentando sacarnos los ojos, con un pique que pasará a la historia con Morante, Campillo y Mitxel, de José Pascual no digo nada pues enseguida se quedó, incluso antes de empezar a subir el puerto pero que nadie se preocupe que llegó a meta, bastante tarde, pero llegó... todo esto sería el km 140 más o menos, pues eso, que el puerto este de Benizar tenía 10km más o menos los primeros 5 duros, pero duros de verdad, joder, en mi vida había respirado así, con tanto afán, con tanta avaricia, ojo! Morante por detrás, como a mí me gusta, jajaja, aunque en su descarga sirve que iba hablando por el móvil, aunque la zona no tenía cobertura, no sé, no sé, jajaj, luego los 5 siguientes más suaves, pero claro, eso es relativo pues cuando uno va herido de muerte todo es diferente, he dicho que José Pascual se quedó?. Luego los últimos 10 una bajada guapísima, dónde se puede disfrutar apurando las curvas y buscando el piano,jajaj. El tiempo total fueron unas 6 h 30´más o menos, ahí va incluido el IVA, pues nos paramos en todos los avituallamientos a comer y beber como si fuera la última ingesta de nuestra vida, joder que parece que cuando algo es gratís tenemos que comer, beber y probarlo todo hasta que no podamos más, jajaj.

También quiero mencionar que el Campillico llegó a meta gracias a mí (escucha Xarli) pues allá por el km 30 reventó la rueda, y en un gesto de humildad, sencillez, amistad, compañerismo, sin precedentes en la historia del ciclismo aficionado, sin pensar en ningún momento en que si me paraba a ayudarle perdería un tiempo precioso, el que aquí les escribe no sólo paró en señal de buen amigo, no! también en un gesto de bondad le dió su propia cámara de repuesto y no contento con ello viendo la torpeza de el susdicho arregló la avería ajena, incluso la llenó de viento hasta casi reventar, con esto te quiero decir Xarli, que el que no tiene piedad de nosotros,el que nos ataca y no nos espera, el que nos humilla, que aún lo respetamos y queremos porque las buenas personas somos así. Y quiero resaltar que los únicos que le prestaron desinteresadamente ayuda fuimos Juan y yo, es más, un nutrido grupo de ciclistas de su propio club, si Xarli, como lo lees, de su propio club ni se dignaron a parar, es más, ninguno preguntó en ningún momento, Campillo( o compañero) necesitas ayuda?, no Xarli, no!!, sólo Juan y yo, allí los dos viendo como todo nuestro trabajo realizado durante 30 km se venía abajo por ayudar al desvalido, y con esto no estoy pidiendo que nos invite la próxima vez a unas cervezas, no! ya sabes Xarli que yo no soy así.

Bueno, otra cosa, me llevé el premio Ferrari, pues hice el cambio de cámara más rápido no sólo del día sino de la historia de la prueba, aunque dicen por ahí que en el 97 hubo un cambio más rápido que el mio pero no está homologado pues se tomó el tiempo de forma manual desde el bar más cercano y esto desacreditó al juez en su momento....



Una vez que dejamos las bicis nos fuimos a correr unos 30´ intentando no pillar ninguna cuesta, cosa imposible en Moratalla, que por cierto es el municipio dónde más balones de fútbol venden, pues cada vez que cae uno por la calle aparece en Murcia y sale más barato comprar uno nuevo que coger el autobús para Murcia y volver.

Allí nos cominos también unos macarrones con una mano de botes de cerveza en un lugar idílico que el bueno de Juan supo reservar sólo para Campillo, él y yo. Juan! quiero que sepas que nunca olvidaré esos ladrillos tan perfectos pero que al rato de estar sentado mi trasero no piensa lo mismo, ya sé que a ti te va el rollo rustico y tal, pero macho, estírate un poco y la próxima vez aunque sea en un caldero, jajaja.

En fin, que la próxima en Niza.... esto ya son palabras mayores, olé.